008 – Un desconocido que sufre llama a tu puerta: Psicoterapia relacional e interculturalidad – Germán Morales

Número 1, Volumen 1, Marzo 2019 50 | Escritos Relacionales, IARPP-Chile

Un des-conocido que sufre llama a tu puerta:

Psicoterapia relacional e interculturalidad.

Germán Morales F. *

Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta.
Homero

RESUMEN

Esta trabajo versa sobre reflexiones que surgen de la práctica clínica relacional con inmigrantes, comparando procesos terapéuticos con retornados del exilio en Chile de los 80 con procesos terapéuticos actuales con inmigrantes, destacando el lugar del tercero intercultural que impele a considerar el contexto intercultural, y los fenómenos discriminatorios tanto en términos técnicos terapéuticos como contra-transferenciales. Se ilustran las reflexiones con diversas viñetas clínicas.

EXPERIENCIA Y DIFERENCIA

No sabía mucho como partir esta presentación, pero me pareció contarles cómo llegué a interesarme en el tema de la migración, que yo ligo al tema de la diferencia, de relacionarnos con personas diferentes. Pienso que algo de eso hay en mi historia familiar, he estado habituado a convivir con la diferencia, y a pesar de que en mi historia no hay inmigrantes cercanos, siento que la interpelación de los migrantes, es la interpelación de la diferencia, pues l@s migrantes son desconocidos diferentes. Son diferentes por sus hábitos, códigos y cultura.

A pesar de las diferencias culturales en nuestro país, cultivamos el mito de una sociedad estable y pacífica, y con uniformidad cultural. Entonces somos una sociedad que nos ha costado vivir con y en la diferencia. Así lo diferente resulta amenazante, y lo diferente podemos interpretarlo agresivamente en nuestras interacciones cotidianas, como lo mostró dramáticamente la mujer haitiana que murió, luego de abandonar a su hijo según unos, o de dejarlo protegido mientras recuperaba sus bienes según otros. Será sólo que hablaba creole y poco español. Como afirma Tijoux (2016), “los inmigrantes canalizan las aprensiones provenientes de problemas que vive gran parte de la sociedad chilena y se convierten en los culpables de “algo” que no han cometido” (Pp. 15).

Quizás es una impronta de la Conquista del “Encuentro entre culturas”, del “Día de la raza”, o del mal llamado “Descubrimiento de América”, que más bien fue una violenta gesta de sometimiento político y cultural. Tengo grabada en la retina fílmica de la película “Aguirre o la ira de dios”, una escena en que un conquistador español le entrega una biblia a un indígena, el indígena le pregunta qué es, el conquistador le señala Es la palabra de dios. El indígena se pone la biblia en el oído, para escuchar la palabra de dios, y entonces tildan de blasfemo al nativo, y a continuación le cortan la cabeza. Esa interacción deriva de la percepción del otro como una amenaza a mis creencias o a mi modelo de convivencia.

Tal como señala Bauman (2016), parece que ante lo nuevo, ante los extraños, surge la necesidad de “adivinar cuales podrían ser sus intenciones y que harán a continuación. Y el desconocimiento de cómo continuar, de cómo continuar una situación que no hemos creado y que no tenemos bajo control, es causa de grandes ansiedades y miedos” (Pp. 15). Estas ansiedades surgen entonces inevitablemente ante lo desconocido y los desconocidos.

1 Este trabajo fue presentado en la IV JORNADA CLINICA de IARPP-CHILE Psicoanálisis y Migración realizada en Santiago en octubre del 2017.

* Psicólogo y Magister en Psicología Clínica, PUC. Profesor Clínico Asociado, Pontificia Universidad Católica de Chile. E-mail: gpmorale@uc.cl

51 | Escritos Relacionales, IARPP-Chile

Germán Morales F.

En nuestro país cada día hay más desconocidos, más de 600.000 extranjeros residentes en Chile según el DEM, en marzo del 2018 el gobierno cifró en más de 1 millón de inmigrantes 2. Así los migrantes ya suman más de medio millón en Chile.

En corto tiempo hemos visto cambios en nuestro paisaje cotidiano cultural, y también han surgido interacciones complejas, algunas de las cuales han derivado en discriminación, xenofobia y racismo. También hemos observado enriquecimiento cultural, gastronómico, artístico y estético.

Como señalaba mi historia con la diferencia, y la constatación cotidiana de los cambios culturales, me llevaron a interesarme en el tema de la inmigración, y descubrí varios colegas que ya habían investigado y escrito al respecto como M. Becerra, C.

Stefoni, M. Tijoux, R. González y muchos más.

En la Universidad Católica donde trabajo como Profesor, fui a una reunión de quienes presentábamos proyecto FONDEF hace dos años. La reunión se efectuaba en el Centro de Innovación. Al llegar un anfitrión me llevó a la reunión, él era de Piura y me contó que llevaba 3 años en Chile. Al llegar a la reunión habían muchos académicos, me tocó al lado de uno que presentaba el proyecto de una vacuna en alianza con una Universidad Canadiense. Cuando comenzaba a conversar con él, escuché hablar a una argentina. Era la coordinadora de la reunión quien exponía sobre el modelo de evaluación de los Proyectos FONDEF de CONICYT Chile. Un profesor de Química le hizo una pregunta en portuñol, pues al parecer era brasileño, y luego otro profesor australiano hizo su pregunta en inglés, pues aún no hablaba español. Mi proyecto era una plataforma educativa virtual para prevenir y abordar la discriminación y el racismo hacia los inmigrantes, y en ese momento, me pareció que no podía tener más sentido. Además en el equipo que formamos había una académica danesa y un académico inglés, y probablemente colaboraría una estudiante de Magister colombiana, cuya tesis dirigí y que versaba sobre los refugiados Colombianos en Chile. A la salida del campus dudé si comer una arepa o un taco que vendía un venezolano, y tomarlo con un jugo de mango que me ofrecía una mujer peruana.

Es así, no sólo la vida académica, sino que nuestra vida cotidiana está transcurriendo en un escenario cultural diverso, que es imposible que también no permee nuestra práctica clínica. Así como Winnicott nos enseñó “Afuera están cayendo bombas”, podemos decir “Afuera irrumpe la interculturalidad”, y por tanto, acepté compartir con ustedes algunas reflexiones sobre la psicoterapia relacional y la interculturalidad.

Debo decirles que aunque me puse a estudiar el tema de la inmigración, me reuní con el anterior director de la Oficina de Migración para hacer ese proyecto FONDEF que no gané, soy todavía alguien que está empezando en este tema, y agradezco la invitación a comentar sobre este tema. Invitación que recojo desde ofrecerles sólo una reflexión de algunas viñetas clínicas, asociadas a un concepto relacional que creo que pueden ser útiles para mirar y mirarnos en la clínica intercultural.

A finales de los 80 y comienzos de los 90, trabajé en la Casa de la Juventud El Encuentro, proyecto liderado por la Socióloga Mireya Bastidas, y en el que participaba Pablo Valdivieso, psicólogo social y Ma. Emilia Tijoux, (2013) acaba de editar un libro muy interesante “Racismo en Chile: la piel como marca de la inmigración”. Me parece relevante recordar este proyecto que nació como un Hogar para jóvenes retornados del exilio, cuyos padres tenían prohibición de ingreso. El proyecto los albergaba y apoyaba en un hogar donde convivían con jóvenes de provincia, y luego se fundó un proyecto hermano, de la Casa de la Juventud El Encuentro donde había psicoterapia para jóvenes retornados, una revista de comics, talleres de diverso tipo desde salsa, danza afrocubana, muralismo, hasta creatividad, de desarrollo afectivo, y junto con ello, el área de extensión que consistía en trabajo en sectores populares, hoy llamados vulnerables.

En dicho proyecto fuera de hacer psicoterapia, yo realizaba un taller de desarrollo afectivo, que en verdad, era un grupo terapéutico breve, en donde se producían tensiones entre los retornados y los locales, a propósito de los mitos del exilio dorado. Eran tiempos en que resultaba extraño tener el pelo teñido de colores, y hablar con acento extranjero era algo a ocultar, y la idea es que en esa casa se pudiera vivir la diferencia de modo cotidiano resultaba un hecho interesante y extraño. Recuerdo a un joven que hacía denodados esfuerzos por hablar español sin acento alemán, sobre todo para decir güev.n correctamente. Había avanzado bastante en la dicción local, y se veía más integrado, más chileno según él, hasta que un día varios jóvenes llegaron hablando con tristeza de la muerte de la Elefanta Fresia, que acompañó a varias generaciones en el Zoológico Metropolitano. El preguntó en el grupo terapéutico ¿Quién es Fresia?, y se hizo evidente de nuevo su condición de retornado, ante la mirada de los otros.

Recuerdo también a un joven que sufría porque su pasaporte decía Apátrida, y a otra joven, que sufría por no tener ningún acento hablando español, pues había pasado gran parte de su vida en Mozambique, en un colegio inglés donde hablaban inglés, hablaba Suajili en el barrio, en Maputo se habla portugués, y en su hogar hablaba español. Luego sus padres y él se fueron a Quebec. Así, su español era “neutro” como decía ella, más bien para ella no era de ningún lugar, y eso la hacía sentir muy sola. También recuerdo a un adolescente en un grupo terapéutico de ILAS, que decía al grupo -como en la película Good Bye Lenin- “me siento solo, no soy de ningún lugar, nací en un país que no existe”, aludiendo a la RDA. Tal como afirma Dona Orange (2013) “tal vez la soledad profunda e incomunicable, se trata de una desesperación que impide salir de este congelamiento e incluso comprenderlo” (Pp. 125).

Esas experiencias de psicoterapia con jóvenes retornados, de finales de los 80 y comienzos de los 90 me han vuelto a la memoria a propósito de las migraciones actuales, como una suerte de déjà vu. Quizás esas prácticas terapéuticas me quedaron como un registro de la soledad y de la vivencia de la diferencia, de esos adolescentes, y quizás me transformaron, pues como señala Sassenfeld (2012), “la aproximación relacional asume que la transformación psicoterapéutica cambia tanto el self del paciente como el self del terapeuta” (pp.124).

Hoy en día he tenido un número importante de pacientes extranjeros y migrantes, digo extranjeros y migrantes con un dejo de ironía, pues la categorización de extranjeros en el Chile actual es la denominación de los migrantes europeos, norteamericanos, a veces argentinos, y los migrantes son los extranjeros provenientes de Latinoamérica.

En esta experiencia clínica, quisiera comentar algunas viñetas que ilustran, el lugar de la terceridad y la diferencia, que me ha transformado, y como esta puede permitir la interculturalidad, no entendida como una acción integradora de asimilación, sino como un reconocimiento en la diferencia. Tal como nos plantea Benjamin (2012), “este tercero se mantiene en un nivel simbólico, en la habilidad de mantener presente la diferencia, para reconocer la realidad separada del otro, y crear así una posición en la que más de una subjetividad o realidad o perspectiva puedan co-existir” (Pp.170).

QUÉ ES UNA INVITACIÓN?

Me consultó una familia mexicana que había llegado hacía poco al país, siendo el conflicto de una adolescente, se mostraba rebelde frente a la posibilidad de integrarse, y sólo ponía el tema de regresar a México como única opción de terminar con su conducta disruptiva. Al explorar la historia en México, con dos hermanos surgió como tema un asalto violento y un secuestro, que eran los hechos que habían precipitado la salida, y sobre lo cual no habían hablado con nadie en Chile al respecto. No obstante, lo más doloroso que consignaban los padres no era este episodio, ni la demanda de la adolescente, sino el aislamiento social que sentían. Habían invitado a muchos chilenos a cenar, y ellos les habíamos manifestado “veámonos”, pero la invitación cursada nunca llegaba, hasta que comprendieron que en Chile, “veámonos” no significa ningún compromiso de amistad. Este hecho resultó violento, en su modalidad de vincularse, desde los códigos mexicanos, que no se me hicieron visibles hasta que no les manifesté que debía ser muy difícil volver a un contexto doloroso y en que sentían miedo en México, y sin posibilidades de vincularse acá en Chile, y que me sentía algo responsable al explicitar este código chileno de “veámonos”. A partir de ello surgió un diálogo en que hablamos de otros códigos chilenos y mexicanos en la interacción cotidiana y la amistad, y no fue sino hasta que esa terceridad del reconocimiento de la diferencia, que yo llamaría el tercero intercultural, que se puso en la relación, que se diera paso a que la adolescente disruptiva y sus hermanos hablaron del deseo de volver y el miedo de volver a México.

53 | Escritos Relacionales, IARPP-Chile

SER CHINO

Me consultó un adolescente coreano, a sugerencia de la psicóloga de su colegio, pues había estado reaccionado de modo violento con su compañeros, y era alumno nuevo, pues había sido expulsado de su colegio anterior porque le pegó una patada a un compañero, y le fracturó un brazo. Es un dato relevante que este joven era diestro en Taekwondo.

No se veía muy motivado a consultar, más bien como yo digo estaba condenado a terapia, pero al interesarme en que lo había llevado a golpear a su compañero, me contó una historia de bullying que había sufrido y que nunca había abierto.

Nunca le había contado a sus padres, y el hostigamiento que sufría era claramente racista. Lo insultaban, empujaban, siempre con el apelativo de “Chino culeado”, lo que había soportado estoicamente un tiempo importante, porque no quería preocupar, ni desilusionar a sus padres, quienes hacían un esfuerzo económico relevante para que estudiara en dicho colegio de habla inglesa.

Luego de que el adolescente accediera a que abriéramos el tema con su padre, en la segunda entrevista, el padre quedó impactado, pues había sido crítico del escaso esfuerzo de adaptación e integración que su hijo había tenido. Comprendió el por qué de la reacción de su hijo, y habló de lo difícil que era estar lejos de Corea, que su esposa presente todavía no hablaba español.

Me resultó impactante el dolor melancólico, y sentí vergüenza e indignación, y sin pensarlo mucho, les dije que les pedía perdón como chileno por los vejámenes sufridos, y les informé a los padres que podrían hacer una denuncia en el Ministerio de Educación, y que yo podría hacer un informe que validara aquello. Luego de decir esto, el padre miró a su esposa y ella salió de mi oficina hacia la sala de espera, y en ese momento, él rompió en llanto. Me agradeció con un fuerte apretón de manos y comprendí que no podía llorar delante de su esposa desde su contexto cultural. Este joven no tuvo terapia, pues al comunicarme con el colegio nuevo en el que estaba, la colega definió estrategias integrativas, entre las cuales estuvo que el chico enseñara Taekwondo a sus compañeros. La colega empatizó con él, y él se comunicó conmigo cerca de un mes después para comentarme lo bien que iban las clases que hacía de Taekwondo a sus compañeros.

Nuevamente me pregunto si cuando comprendí el dolor, cuando me sentí responsable de nuestros códigos confusos de sociabilidad y amistad, si cuando me sentí responsable del racismo, y pedí perdón me excedí en el reconocimiento. Creo que no, creo que el acto compasivo de reparación era necesario, y creo que si no nos hacemos cargo de nuestras dificultades con la diferencia con estos des-conocidos que llaman a nuestra puerta, viviremos fragmentados, e implicados en sostener la violencia racista y xenófoba que se dibuja diariamente con los extranjeros, pero por sobre todo con los migrantes.

La interculturalidad como señala García-Canclini (2011), “implica que los diferentes se encuentran en un mismo mundo, y deben convivir en relaciones de negociación, conflicto y préstamos recíprocos” (pp. 106).

El desafío de la psicoterapia relacional pareciera revisar nuestra implicación en la interculturalidad, que más que marcar una óptica de aculturación amable, está en mirarnos desde la diferencia, desde el tercero intersubjetivo/intercultural diría yo. Así puede generarse lo que Becerra & Altimir (2013), denomina “un encuentro intersubjetivo de negociación intercultural explicita las diferencias, ofreciendo además una herramienta para la negociación activa de contenidos culturales, desde la subjetividad del terapeuta/profesional y del paciente. El encuentro de culturas es entendido como un encuentro de significados asociados a experiencias subjetivas muy diversas, susceptibles de ser exploradas y transadas en el espacio terapéutico” (pp.116).

En la época actual, los migrantes también tensionan la cohesión social ilusoria, nos muestran nuestra fragmentación, pues como señala Bengoa(1996) en su libro la Comunidad perdida, “el crecimiento de la economía sin respeto a las personas y a la naturaleza y sin la solidaridad básica de la sociedad se opone al concepto de desarrollo humano y también sustentable, elemento determinante de una cultura de la identidad” (pp.26) .

Mi reflexión como les decía al principio es preliminar, de un tema transversal a la sociedad chilena, pero no es local, pues adquiere el status universal.

La interculturalidad en nuestra práctica clínica psicoanalítica relacional, nos llama a ocupar un lugar en la frontera, aunque como expresa Wislawa Szymborska en su poema mapa (2012):

Las fronteras de los países son apenas visibles

como si dudaran de ser o no ser.

Me gustan los mapas porque mienten.

Porque no dejan paso a la cruda verdad.

Porque magnánimos y con humor bonachón

me despliegan en la mesa un mundo

no de este mundo

Referencias

Bauman, Z. (2016). Extraños llamando a tu puerta. Buenos Aires: Paidós.

Becerra, M. & Altimir, L. (2013) Características y necesidades de las personas migrantes que consultan en salud mental: la emergencia del fenómeno de encuentro

intersubjetivo de negociación intercultural. Revista De Familias y Terapias año 22, N°35 Diciembre 2013.Pp.101-118.https://doi.org/10.29260/

DFYT.2013.35C

Bengoa, J. (1996). La comunidad perdida. Identidad y cultura: desafíos de la modernización en Chile. Santiago: Catalonia.

Orange, D.(2013). El desconocido que sufre. Santiago: Editorial Cuatro Vientos.

Benjamin, J. (2012). El tercero. Reconocimiento. Clínica e Investigación Relacional: Revista electrónica de psicoterapia. 6(2). Pp. 169-179.

García-Canclini, N.( 2011). Conflictos Interculturales. Barcelona: GEDISA.

Sassenfeld, A. (2012). Principios clínicos de la psicoterapia relacional. Santiago: SODEPSI Ediciones.

Szymborska, W. (2012). Hasta aquí. Madrid: Bartleby

Tijoux, E. (ed) (2016). Racismo en Chile. La piel como marca de la inmigración. Santiago: Editorial Universitaria.

79 | Escritos Relacionales, IARPP-Chile

INFORMACIÓN PARA LOS AUTORES

1. Escritos Relacionales desarrolla números temáticos abiertos a la comunidad

relacional buscando dar cuenta de temáticas emergentes de importancia -en especial- en

el contexto latinoamericano

2. Los trabajos de Escritos Relacionales deben ser escritos en castellano o inglés,

pueden ser inéditos, presentaciones de congresos y/jornadas nacionales o internacionales,

o haber tenido difusión en medios de baja circulación como Anales de Congresos o similares.

3. Cada autor debe ceder sus derechos a la Revista y su difusión on line.

4. El formato exigido es letra tamaño carta, letra Times New Roman 12 con 1,5 de

interlineado, con uso de cursiva justificadas y sin negritas en el texto. La extensión máxima

de trabajos es de 10.000 palabras.

5. Los trabajos deben ser enviados solo en forma electrónica al Comité Editorial

Escritos Relacionales: escritosrelacionales@gmail.com. Las colaboraciones pueden ser

Ensayos, Estudios Clínicos, e investigaciones, y además recoge Ponencias de actividades

de IARPP-Chile, así como comentarios de cine, revisiones de libros y revistas. Las referencias

deben venir en una página al final, siguiendo normas APA, y evitando notas de autores a pie

de página. El Comité Editorial Escritos Relacionales se comunicará vía mail con los autores

a efectos aceptar o rechazar una colaboración por fundamentos que se les dará a conocer

por escrito, así como hacer eventuales sugerencias.

[easy_media_download url=»https://apprchile.cl/wp-content/uploads/2020/01/008-Un-des-conocido-que-sufre-llama-a-tu-puerta-Psicoterapia-relacional-e-interculturalidad-German-Morales.pdf» text=»Descargar en pdf» target=»_blank» ]