“BÚSQUEDA DE PERTENENCIA Y LA CO-CREACIÓN DE UN HOGAR TERAPÉUTICO”
Por José Bahamondes
Entre el 20 y el 23 de junio de 2024 se realizó la veintava conferencia anual de la IARPP, llamada “Búsqueda de Pertenencia y la Co-Creación de un Hogar Terapéutico”, la cual tuvo lugar en la hermosa ciudad de Mérida, en la Península de Yucatán, México.
Rodeados por edificios coloniales, fachadas de colores, música, cenotes y ruinas mayas, se presentaron diferentes trabajos que buscaban reflexionar y pensar la idea de hogar y la pertenencia.
De Chile asistimos algunos miembros de APPR, a quienes se les pidió expresar en sus propias palabras su experiencia del congreso, las que compartimos a continuación:
María Paz Ardito presentó su trabajo “On ‘Nepantla’, or finding a home in the in-betweens: Dwellings and longings in the analytic relationship”.
Para María Paz “mi experiencia de la conferencia es un poco inseparable de los momentos de encuentro durante esos días, y de la experiencia (emocional, vincular, incluso estética) que fueron estar Mérida y el reencuentro con gente querida. Quizás en ese sentido, diría que las distintas ponencias contribuyeron a hilar una experiencia sobre lo que puede (y no) significar un hogar, que fue ocurriendo de a poco, en capas. Me pareció muy valiosa la inclusión de perspectivas y referencias locales, yucatecas y mayas, en varios plenarios, con poesía, literatura y mitología que ayudaron a ampliar la figuración de los registros desde los que construimos y leemos el hogar. También rescato la mirada más macro/ecológica, y la pregunta (que creo que nos atraviesa particularmente como relacionales en Chile) sobre qué experiencia de hogar es posible dentro de las agrupaciones psicoanalíticas”.
Por su parte, Andrea Rihm presentó su trabajo ¿El espacio analítico como hogar relacional? Reconocimiento, intimidad y sus límites
“Sobre la conferencia…en lo personal siento que fue agarrando vuelo al pasar los días. Quizás fue difícil que el tema del hogar llegara a constituirse como un eje articulador porque es un concepto en sí mismo muy amplio y múltiple. Eso, que a ratos pudo ser un problema, también fue una gracia porque ofreció un paraguas suficientemente amplio para que distintos abordajes y enfoques tuvieran cabida. Creo que un aspecto que quizás me resultó un poco problemático fue que se asociaran tanto las tensiones del hogar en el cuerpo a las experiencias trans, cuando claramente la experiencia de habitar un cuerpo y sentirnos “at home” en él, se ve siempre atravesada por tensiones. En ese sentido, me hizo falta que eso estuviera más declarado, que la tensión respecto al hogar es constitutiva de lo humano, no un “tema” para migrantes y personas trans del que los demás nos “salvamos”. En ese sentido, me resultó interesante la presentación de Robert Grossmark, que mostró que el malestar está siempre presente y que necesitamos preguntarnos cuáles son las voces dentro del hogar que quedan silenciadas y que a veces la destrucción saca a la luz”.
Victor Doñas fue interlocutor del panel “Belonging on times of war” donde se presentaron potentes trabajos de Eyal Rozmarin y Nissim Avissar.
“En breve te diría que el congreso desde mi vivencia re-crea un lugar de encuentro con amigos para compartir la mirada del mundo e imaginar juntos alguna contribución para una mejor vida. El momento actual global demanda imaginar radicalmente frente al ominoso panorama que se ha cernido. Sin embargo, también fue un momento donde a algunos nos pareció apreciar la inquietante posibilidad de repetición de diagramas de poder en la institución. Esto habitualmente también trae consigo la posibilidad de una evolución. Quizá usando una imagen del gran país que nos recibió, puede que sea necesario bajar a los cenotes, ir al inframundo de nuestro inconsciente como comunidad, para poder alejarnos de la repetición, y conservar el sentimiento de hogar cuando pensamos en IARPP”.
Macarena López como parte del comité Infanto Juvenil de la IARPP, fue interlocutora del panel “Building Home Across Development: Clinical Vignettes on Childhood, Adolescence and Adulthood”, comentando los trabajos de Paula Rampulla y Michael Singer.
“El congreso fue una experiencia muy agradable, compartiendo inquietudes con personas distintas y de diferentes lugares. Me gustaron las ponencias principales. Encontré en general muy hospitalario el grupo. ¡Lindo Mérida! Pienso que hubo pocas ponencias de niños. Creo que asistí a las 3 que se realizaron. Me gustó mucho la presentación: Relational Psychoanalytic Psychotherapy with Children and Adolescents: The Use of the Play Tent as a Therapeutic “Home”: Marilu Kountria presentó viñetas muy creativas de niños con el uso de una carpa como hogar terapéutico y Kate Karagianni presentó cómo los trabajos de varios pacientes que fueron dejando material en su sala de trabajos fueron usados como “galerías de arte” en sus interpretaciones, tomando el colectivo (que iba quedando en la sala) y trabajando en lo individual, incluyendo lo grupal, en lo que se interesaban sus pacientitos”
Macarena también comentó la inquietud de hacer más cosas e integrar más participantes en el grupo infanto juvenil, e incluir más el trabajo con familias y padres.
Finalmente, como parte del Comité de Candidatos, se realizó el panel “A Path to Belonging: Psychoanalytic Institutes as a Relational Home for Candidates”, con presentaciones de Irán, México y Canadá. Personalmente me sorprendió mucho la presentación de la colega de Irán, Sepideh Shirani, quien presentó los desafíos que enfrentan los candidatos para comprender la dinámica de la (no) pertenencia a institutos en países propensos a traumas, considerando el profundo impacto de los traumas intergeneracionales, sociales y políticos tanto en los grupos como en los individuos. Como comentó en su potente presentación “para mi el hogar es lucha”.
En términos personales, la hospitalidad y el cariño de los colegas mexicanos, su alegría, colores y amabilidad fueron la mejor muestra del sentido de hogar y pertenencia. Creo que no había otro lugar mejor para pensar un tema como este que México.
Para cerrar, me quedó la hermosa presentación del tremendo Robert Grossmark, quien plantea que el hogar es siempre una paradoja, y al igual que el pasado y la memoria, cada vez que hablamos de “hogar” en nuestros espacios de terapia, estamos re-transcribiendo y re-contextualizando nuestros hogares, nuestro pasado y nuestros si mismos.