El pasado sábado 31 de agosto, tuvimos una fructífera jornada APPR, titulada “Pensando los autismos hoy: Desafíos en el diagnóstico y abordaje clínico relacional”.
En esta oportunidad, luego de mucho buscar un lugar que se ajustara a nuestras necesidades como comunidad, nos reunimos en una sala del Centro de Extensión del Campus Oriente de la PUC, bajo el patrocinio del diplomado de Trauma y Duelo de la Escuela de Psicología UC. En este espacio contamos con la tecnología, asesoramiento técnico y condiciones necesarias para la realización de una jornada híbrida, permitiendo la participación de personas desde regiones y el extranjero.
En esta jornada contamos con las exposiciones de la Dra. Elisa Reyes, psiquiatra de niños/as y adolescentes formada en la Universidad de Chile, con experiencia en investigación y docencia en autismo, y de Andrea Moyano, psicóloga clínica, miembro de APPR, con muchos años de experiencia en clínica, supervisión y formación en trastornos del desarrollo, quienes con claridad y agudeza nos compartieron su larga experiencia en el trabajo clínico con pacientes autistas.
En la primera parte, pudimos acercarnos a las sutilezas y particularidades que caracterizan al funcionamiento autista, sobre todo en sus formas de expresión más leves, pero no por eso menos complejas y que tantas veces resulta difícil diferenciar de otros tipos de funcionamiento. Además, se pudo pensar sobre las diferentes formas de expresión asociadas con el género, entre otras, y en la evolución a lo largo del ciclo vital y lo poco que se abarca este tema en la adultez. Todo esto desde la reflexión sobre la relevancia de poder hacer estas distinciones en el abordaje clínico y porqué.
Asimismo, las expositoras hicieron hincapié en la
importancia de la evaluación clínica por sobre el uso de escalas, que no son suficientes para dar cuenta de los diversos aspectos a evaluar para un buen diagnóstico. Al contrario de lo que muchos creíamos, son cuadros sub diagnosticados a nivel clínico, lo que quizás no se condice con lo observado a nivel informal, donde el ser “TEA” parece ser sobre utilizado.
En un segundo momento, Andrea nos invitó a reflexionar a partir de su experiencia en torno a cómo se fue desarrollando el constructo hasta el día de hoy y cómo diversos autores, enfoques y situaciones la han ido llevando hacia su abordaje actual, donde el aporte de lo relacional le ha permitido mirar a los padres y cuidadores, mirar los modos de relacionarse y quizás encontrar alivio a muchas estrategias, tests o diagnósticos que en la práctica se vivían como ajenos a la subjetividad de pacientes, terapeuta y familia.
Luego, en el trabajo grupal, surgieron interesantes interrogantes como, ¿Cuánto es neurodivergencia y cuánto es dinamismo psicológico?¿Qué aspectos del funcionamiento mejoran con el tratamiento y cuáles tienden a mantenerse? ¿Hay un sobrediagnóstico? ¿Cuánto debería comprender el paciente sobre su cuadro clínico? La reflexión grupal permitió respetuosamente pensar en estas preguntas y desafíos clínicos, lo que nos hizo volver a pensar en las necesidades y características de cada individuo que consulta, siendo de vital importancia continuar informándonos en temas como el autismo y su mirada actual para no perder lo anterior de vista.
Quedamos muy contentos con este encuentro y agradecidos de la generosidad de las expositoras de compartirnos su experiencia.