Columna Jaime Landa: La dificultad para simbolizar el odio

05 de enero 2020

La dificultad para simbolizar el odio

Quienes tratamos a personas que presentan dificultades en la vida, no físicas, sino del alma, de la mente, del espíritu (si seguimos esa difícil separación), ¿tendremos que decir algo cuando matan a una de “esas personas”? Claro que sí.

La psicosis mata de una manera cruel; la psicosis y la vida, matan de una manera cruel. Es un progresivo desaparecimiento, una lenta consumación.

La psicosis no puede mentir, dice Lacan cuando se refiere a ella de una manera clara, académica y convincente: no es que vivan en la verdad, no pueden mentir o, dicho de otra manera, no pueden simbolizar

Cuando la psicosis se cruza con la farmacología, comienza un apagamiento; es triste, pero no tenemos otra posibilidad, las personas con psicosis están más “tranquilas”, no tenemos otra posibilidad, es una tranquilidad que necesitamos.

Los “locos” intranquilizan y no lo digo como una forma de idealizar la locura.

A quienes tratamos a personas que presentan dificultades en la vida, nos intranquilizan también, tal vez por que tenemos claro que el tener dificultades en la vida implica sufrimiento y cuando sabemos de ese sufrimiento del otro, no podemos, sino, intranquilizarnos.

Pero además hay otra “intranquilidad” que produce la psicosis: es su inadecuación. Acordémonos que en la psicosis no se puede mentir y tampoco simbolizar; entonces el “actuar psicótico” es directo, no en la transparencia ingenua, sino en la brutal y descarnada “realidad”: no hay disfraz, como tampoco hay real presencia, solo hay la imposibilidad.

De esta forma el acto psicótico es el acto que presenta esa imposibilidad, no su fracaso, sino su imposibilidad. Por eso es inadecuado, no por que requiera ser presentado en otro momento, o de otra forma, si no que requiere que se presente, simbólicamente, lo que ya sabemos no se puede

Francisco tiene un machete que mata de la única manera que un machete mata, es decir, matándose, por que matar a otro es matarse. Tal vez por esa razón el machete de Francisco no tiene filo, por que esto le permite simbolizar, no hay riesgo; es como si lo hubiera: es un machete, pero que no mata. Por eso Francisco puede trabajar como malabarista: es una forma de simbolizar el riesgo de la muerte, de cortarse y en consecuencia, inferimos que es una manera de mostrarnos que la vida es posible en tanto podamos hacer malabares para poder vivir, que es otra manera de decir que requerimos simbolizar

Tal vez quienes portan armas y sobre todo quienes las portan profesionalmente, al igual que los psicóticos, no pueden simbolizar, y no saben que matar es matarse, que dejar ciego es dejarse ciego. Hay una diferencia con la psicosis, en donde no poder simbolizar es la consecuencia de que no se puede mentir, ya lo vimos, es su imposibilidad; pero en el caso de quienes las portan profesionalmente, sí saben simbolizar y las armas son una forma de simbolizar, en este caso la “posibilidad” de simbolizar la muerte.

Creo que se hace necesaria una breve referencia a qué entiendo por “simbolizar”, lo pienso de una manera muy simple: simbolizar es poner algo en lugar de algo, pensando que ese primer algo será igual que el segundo algo, y que esa suposición de igualdad es verdadera, es decir son algos iguales; dicho de otra manera el símbolo tiene un resto que es lo no dicho, por lo que los algos no son iguales, pero de lo cual preferimos no saber: eso es lo que nos hace “andar por la vida haciendo malabares”

Volviendo a los profesionales de las armas, se nos dice que son los representantes de la ley, por lo que entendemos que estos representantes, los representantes de la ley, pueden matar a quienes se resisten a su cumplimiento, a quienes no cumplen la ley. Se nos dice que se los mata cuando son una amenaza y no obedecen quedarse “detenidos”

Todo objeto, toda cosa, puede matar, ya lo dijo Spinoza; depende sólo de la cantidad o el criterio de quien la usa.

Matar es matarse: si no lo sabemos es bueno empezar a saberlo.

Jaime Landa Gamez