La reproducción del mal: Sue Grand

Comentario: Catalina Scott 

El libro “La Reproducción del Mal: Una perspectiva Clínica y Cultural” de Sue Grand  se inicia con una interrogante: ¿Qué puede ofrece el psicoanálisis  en la investigación de la subjetividad en personas cuyas conductas parecieran trascender la posibilidad de la exploración psicoanalítica empática? Sue Grand sostiene que el psicoanálisis tendría la responsabilidad ética de  involucrarse  en el estudio de problemas tan humanos como éste, cuya complejidad subjetiva y relacional, muchas veces, compromete una investigación multidisciplinaria pues lo que se pone en juego va más allá de la empatía. El objetivo central del libro es dilucidar la relación entre memoria traumática y perpetración del mal. Con este fin, va explorando a través de un apasionante análisis interdisciplinario distintas modalidades de transmisión traumática. Investiga en la subjetiva de los perpetradores, de los descendientes y en  el efecto de la crueldad en la cultura. De alguna u otra forma, dice la autora, somos todos tributarios del impacto maligno de la violencia silenciada por los propios afectados: perpetradores,  familiares y sociedad. Mediante estudios de casos clínicos Grand va introduciendo al lector en la subjetividad de los perpetradores de actos de violencia extrema – abuso sexual a menores, incesto, persecución racial, homicidio, genocidio, maltrato físico, tortura – haciendo especial hincapié en la invisibilidad de las modalidades de transmisión del mal y en las intrincadas maneras que la maldad va tomando  forma en las generaciones que la sufren y la heredan.

Al conjugar el análisis cultural, la ilustración literaria y la investigación psicoanalítica de viñetas clínicas escogidas, la autora, logra transmitir la inmediatez de la experiencia de una manera, muchas veces, inquietante. El lector puede desconcertarse y confundirse en las complejidades relacionales que se van poniendo en juego a través de casos clínicos impactantes. Por otro lado, la autora profundiza en los significados subjetivos que sostienen los actos de violencia en los perpetradores y simultáneamente va explorando el impacto que la violencia van generando en el otro. Es interesante la delimitación que propone de ciertos estados mentales disociativos y los modos relacionales de contagio maligno que se establecen implicitamente entre perpetrador,víctima y espectador pasivo.

En la medida que profundiza en su propuesta, Sue Grand va construyendo una teoría de campo relacional del mal que se sostiene en un proceso de colusión disociativa entre perpetrador, familia y sociedad. Una colusión que potenciaría la transmisión del mal al ir borrando las huellas de la historia. Desde esta perspectiva, la transmisión silenciosa, la colusión y los recuerdos escindidos y/o borrados favorecen la supervivencia del trauma, la soledad y el aislamiento en los descendientes. El ciclo reproductivo del mal tiene sus raíces en traumas producidos por catástrofes a las que es imposible acceder, manteniendo así, de manera irreductible, la vivencia de soledad y vacío.

Me parece que la autora es capaz de entretejer las perspectivas psicoanalíticas relacionales con una mirada  socio-histórico y literaria que, sin duda  viene a llenar un vacío conceptual en la literatura psicoanalítica sobre el trauma y su transmisión intergeneracional.  El análisis de la tensión permanente de procesos psicodinámicos y culturales permiten pensar desde una nueva perspectiva la violencia y fragmentación que  caracteriza a nuestro tiempo.

Especialmente interesante, es el análisis realizado en el capítulo IV en que aclara las coordenadas teóricas para el estudio clínico de perpetradores de violencia corporal. Se explaya en la investigación clínica de la crueldad física desde una perspectiva psicoanalítica neo- kleiniana y relacional. Más adelante, se detiene a investigar los estados subjetivos disociados de los perpetradores de violencia física para formular una noción novedosa sobre lo que ella denomina la paradoja de la inocencia.  Una modalidad de contacto adhesiva contagiosa de carácter esquizoide que se caracteriza, especialmente,  por su pertinaz destructividad de los vínculos. Desde aquí investiga el estado de inocencia y extrañeza de los perpetradores ante sus actos de crueldad y violencia real.

Por otro lado, la autora sostiene que el psicoanálisis relacional aporta nuevos criterios para la comprensión de una problemática humana, sin duda, delicada. Las reformulaciones a las teorías del Self de Mitchell y Bromberg han permitido integrar las teorías psicoanalíticas sobre los fenómenos esquizoides con los planteamientos contemporáneos acerca del trauma y los estados disociativos. En resumen, una lectura esencial para clínicos interesados en profundizar en el estudio de los factores intrapsíquicos, interpersonales y culturales que sostienen la perpetuación del mal y sobre todo sostiene la trasmisión  del mal a las nuevas generaciones.

  • Sue Grand, Ph.D es docente y supervisora del programa de Postdoctorado de Psicoanálisis y Psicoterapia de la Universidad de Nueva York. Especialista en trauma, pareja y familia. Además, es profesora en The Mitchell Center for Relational Psychoanalysis, The Manhattan Institute for Psychoanalysis, The National Institute for the Psychotherapies y The Psychoanalytic Institute of Northern California. Es editora de la Revista Diálogos Psicoanalíticos y tiene consulta en Nueva York y New Jersey.    Catalina Scott, Psicóloga, Psicoterapeuta Psicoanalítica Relacional Adultos. Docente pre y posgrado. Comité Editorial Gaceta Universitaria Miembro IARPP. cscottespinola@gmail.com