Reseña: Diccionario introductorio de psicoanálisis relacional intersubjetivo

La palabra «diccionario» remite etimológicamente a “decir”, y más antiguamente, a “mostrar o señalar” (Corominas, 1998). Para la RAE (2019), diccionario alude a un “repertorio en forma de libro o en soporte electrónico en el que se recogen, según un orden determinado, las palabras o expresiones de una o más lenguas, o de una materia concreta, acompañadas de su definición, equivalencia o explicación”. Coherente con estas precisiones, en el presente diccionario, pretendemos tomar la voz y decir aquello que nos parece relevante del psicoanálisis contemporáneo, mostrando o señalando los aspectos fundamentales de sus corrientes relacional e intersubjetiva, no sin detenernos en las definiciones y explicaciones de sus conceptos principales.

Este no es un diccionario de psicoanálisis. Sucede que, ya desde hace mucho, el psicoanálisis dejó de ser un discurso unitario: hoy tenemos diversas escuelas, tradiciones, perspectivas y autores, en un flujo difícil de contener y reunir en una totalidad coherente.

Este tampoco es un diccionario de autor, como sí los hay de Freud (Sterba, 1932; Fodor y Gaynor, 1958; Laplanche, 1967; Valls, 1995; Hanns, 1996), Jung (Samuels, Shorter y Plaut, 1986; Sharp, 1991), Klein (Hinshelwood, 1989; Bot Spillius et.al., 2011), Bion (Grinberg et.al, 1972; López-Corvo, 2003; Sandler, 2005), Winnicott (Newman, 1995; Abram, 1996; Lacruz, 2011), Lacan (Evans, 1996; Chemama y Vandermersch, 1998) y Green (Bautista Navarro, 2016), por citar algunos. Un diccionario de autor tiene una ventaja de la cual nuestro proyecto carece: la investigación conceptual está circunscrita a una sola obra, por lo cual el corpus teórico aparece suficientemente delimitado a priori.

Definir esta obra como un diccionario de psicoanálisis relacional e intersubjetivo nos enfrenta a la necesidad de distinguir, a lo menos sucintamente, ambos términos y corrientes. En un sentido histórico, el psicoanálisis intersubjetivo emergió como desarrollo de la psicología del self articulada por Kohut (1971, 1977, 1984), a partir de las contribuciones de Stolorow, Atwood y sus colaboradores, y orientado hacia la edificación de un modelo fenomenológico y contextual (Stolorow, Atwood y Ross, 1978; Atwood y Stolorow, 1979; Stolorow y Atwood, 1984). Por su parte, el psicoanálisis relacional, propuesto originalmente por Greenberg y Mitchell (1983) como metateoría alternativa al modelo pulsional clásico, surgió desde la matriz formativa del psicoanálisis interpersonal iniciado por Sullivan (1938, 1940, 1953, 1954) e integró los aportes de la teoría británica de relaciones objetales, la psicología del self y el feminismo psicoanalítico (Mitchell, 1988; Mitchell y Aron, 1999). Asimismo, y ahora desde un sentido conceptual, la noción de intersubjetividad ha sido desarrollada tanto por el psicoanálisis intersubjetivo como por el psicoanálisis relacional: el primero, en referencia al carácter contextual e interaccional de todo fenómeno humano (Atwood y Stolorow, 1984; Stolorow, Brandchaft y Atwood, 1987; Stolorow y Atwood, 1992); el segundo, como el logro del reconocimiento mutuo en condición de sujetos iguales (Benjamin, 1990, 1991, 1995).

En cuanto a los nexos entre psicoanálisis relacional y psicoanálisis intersubjetivo, hemos advertido que existe debate entre dos tendencias: por un lado, la consideración de que el psicoanálisis relacional es un gran paraguas que aloja a varias corrientes, entre las cuales se encuentra la perspectiva intersubjetiva, que sería más radical en cuanto a su deslinde del modelo pulsional clásico (Mitchell y Aron, 1999); y por otro lado, el planteamiento de que la teoría de sistemas intersubjetivos es en sí misma una perspectiva amplia y separada del psicoanálisis relacional, al cual incluso cuestiona por sus vestigios cartesianos y resabios de “mente aislada” (Stolorow, Atwood y Orange, 2002). Ahora bien, sin descuidar estas diferencias y debates, pensamos que hablar de psicoanálisis relacional e intersubjetivo es comprender ambas corrientes como perspectivas estrechamente mancomunadas y convergentes en una visión bipersonal, interaccional e interpersonal de la experiencia humana, discrepante de las teorías psicoanalíticas clásicas, de raigambre unipersonal y pulsional (Jordán, 2009).

Bajo la consideración de los antecedentes previos, una primera justificación de escribir un diccionario de psicoanálisis relacional e intersubjetivo, es su inexistencia anterior a la publicación de este libro. Si bien la literatura en este ámbito es rica y creciente, en másde treinta y cinco años después de escrita la señera obra Relaciones Objetales en la Teoría Psicoanalítica, por parte de Greenberg y Mitchell, obra que inaugura en 1983 el vocablo de “psicoanálisis relacional”, aún no había un diccionario que compilara sus principales conceptos teóricos y clínicos. Una segunda justificación, es poder sistematizar y divulgar un psicoanálisis que ha atravesado por un giro epistemológico: desde el positivismo cientificista y objetivista que respiró Freud, hacia el constructivismo social, la fenomenología, la hermenéutica, la deconstrucción y otras aristas de una epistemología post-cartesiana y postmoderna.

Sin duda, no se trata de fijar cada concepto para quitarle vida, embalsamarlo y situarlo en un museo teórico; se trata, por el contrario, de explorar la riqueza profunda de un idioma para darla a conocer y volverla más asequible, acaso con la esperanza de que estos conceptos sean semillas que hagan brotar nuevas conceptualizaciones.

El presente diccionario se asume como “introductorio”. La palabra introducción significa, en su raíz etimológica, acción de guiar hacia adentro. Eso es precisamente lo que pretendemos: que el lector pueda ser guiado hacia adentro del psicoanálisis relacional e intersubjetivo, recorriendo sus postulados principales y reconociendo a sus autores ineludibles. Y acá nos encontramos con una de las principales limitaciones de nuestro diccionario: se trata, irreductiblemente, de una lectura posible, de un recorte probable, de una visión admisible del psicoanálisis relacional e intersubjetivo, lectura que está expuesta a la crítica respecto a la presunta arbitrariedad y/o insuficiencia de la selección. Respecto a esto, vale subrayar –desde los propios postulados relacionales- que no existe lectura “objetiva” o “neutral” de materia alguna. Por lo mismo, optamos por realizar una selección de conceptos de manera intersubjetiva: las doce personas que formamos el conjunto de autores nos juntamos a hacer una libre asociación de ideas y luego a dialogar y discutir respecto de la pertinencia de cada concepto escogido. En el camino, también, algunas nociones fueron descartadas y otras incorporadas, por la misma exigencia y coherencia teórica que el diccionario nos iba ofreciendo e imponiendo.

Una aclaración que vale la pena explicitar: hablaremos indistintamente de “psicoanalista” o “psicoterapeuta”, asumiendo que el psicoanálisis tiene un carácter eminentemente psicoterapéutico, es decir, que está orientado al cuidado y alivio del sufrimiento emocional (León, 2013). Desde Ferenczi (1932) hasta los modelos intersubjetivos contemporáneos (Renik, 2007; Orange, 2016; Stolorow y Atwood, 2019), esta asunción está en el núcleo mismo del psicoanálisis relacional. Por lo mismo, también comprendemos como intercambiables los términos “psicoanálisis” y “psicoterapia psicoanalítica”.

En la confección del diccionario, un marco general consistió en considerar los conceptos ya más instalados en el discurso relacional, dejando por ahora más en la periferia los interesantes aportes conceptuales de miembros de la IARPP provenientes de múltiples latitudes del mundo. Respecto a las contribuciones chilenas, nos limitamos a incorporarlas a nivel de comentarios, pero no de conceptos centrales. Quedará para otro proyecto la magna y necesaria tarea de incorporar las voces de las variadas naciones que componen nuestra asociación internacional.

También dentro de las limitaciones, que a su vez se transforman en oportunidades para observar nuestro sello escritural, incluimos el hecho de que el psicoanálisis relacional e intersubjetivo llegó a Chile principalmente en asociación, o casi como continuidad, del psicoanálisis winnicottiano, de fuertes raíces en nuestras latitudes. Esto explica la inclusión de numerosos términos de Winnicott en el diccionario, como así la menor presencia de otros conceptos de corte, por ejemplo, interpersonal, puesto que esta última corriente ha tenido menos entrada e impacto en nuestro país. De todos modos, nos hemos hecho cargo (al menos parcialmente) de esta disparidad, incluyendo también conceptos y discusiones pertinentes a la línea interpersonal o culturalista.

Otra limitación es el insuficiente desarrollo de los argumentos freudianos, que puede parecer a ratos como una sobre-simplificación caricaturesca de la obra de Freud. Sobra decir que, si este diccionario es de un modelo del psicoanálisis, es porque apreciamos el genio y la lucidez de Freud. No obstante, el foco en los aportes relacionales e intersubjetivos ha conducido a que la inclusión de Freud sea fundamentalmente en términos de contrapunto, además de necesaria contextualización histórica.

Este es un diccionario hecho en español sobre textos escritos, en su enorme mayoría, en inglés. Esto nos conduce al inesquivable problema de la traducción. En algunos casos, hemos optado por mantener la voz anglosajona, especialmente en conceptos que la tradición psicoanalítica o psicoterapéutica ya ha incorporado de esa manera (por ejemplo, self, enactment y mindfulness, así como el galicismo impasse). En otros casos, hemos optado por traducir alguno que otro término que nos pareció más transparente en español que en inglés (por ejemplo, surrender como entrega). Un tercer escenario, ha sido el uso variable de la voz castellana e inglesa (por ejemplo, sostén y holding, así como mente encarnada y embodiment), cuando ambas han parecido útiles y necesarias de considerar.

Los ciento sesenta conceptos acá reunidos pertenecen a tres categorías: 1) Conceptos del psicoanálisis relacional e intersubjetivo (por ejemplo, matriz relacional, mutualidad asimétrica, terceridad); 2) Conceptos epistemológicos e interdisciplinarios utilizados por el psicoanálisis relacional e intersubjetivo (por ejemplo, constructivismo, ética, feminismo); y 3) Conceptos del psicoanálisis clásico resignificados por el psicoanálisis relacional e intersubjetivo (por ejemplo: asociación libre, interpretación, transferencia). Cada concepto incluye una definición nuclear (en letra negrita) y un desarrollo conceptual posterior, además de una bibliografía asociada.

Muchos conceptos incluyen una definición etimológica y una semántica, aunque esto último fue consensuado como elemento opcional a criterio de cada autor.

Este diccionario nació de una sincronía: al mismo tiempo, Sebastián León y Bárbara Ortúzar –ambos psicoterapeutas miembros de IARPP Chile- imaginamos escribir un diccionario de psicoanálisis relacional e intersubjetivo. Luego de haber notado nuestro interés común, la casualidad se volvió causalidad y empezamos a armar un sólido equipo de trabajo. No sin rupturas y reparaciones, hemos podido sacar adelante nuestro proyecto: el primer Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Relacional e Intersubjetivo.

Sebastián León y Bárbara Ortúzar

Editores y autores