IV Jornada y Encuentro Décimo Aniversario IARPP Chile

Jornada y Encuentro Décimo Aniversario IARPP Chile
«El impacto transformador del psicoanálisis relacional en nuestra práctica clínica»

El pasado 08 de enero tuvimos un significativo encuentro de celebración de aniversario y volvimos a vernos cara a cara, así como algunos pudimos recién conocernos en cuerpo presente, luego de mucho tiempo trabajando a distancia. En esta jornada/encuentro, motivado por los 10 años como IARPP Chile, abordamos el impacto que ha tenido el Psicoanálisis Relacional en nuestra práctica clínica, y por cierto, en nuestras vidas.

La jornada se inició con un diálogo entre Juan Francisco Jordán y Edgardo Thumala, ambos fundadores y actuales miembros del Directorio de nuestra asociación; así, pudimos ser espectadores de una conversación amena que entremezcló reflexiones, anécdotas y recuerdos de sus inicios como terapeutas desde modelos más clásicos y de cómo se asomaron al modelo relacional, y en conjunto con otros y otras terapeutas fueron dando cuerpo a la IARPP en Chile. Lo que compartieron fue la historia de una trayectoria profesional, institucional y también del desarrollo de una amistad.

Una vivencia compartida por Juan Francisco, fue la sensación inicial, previa al descubrimiento del modelo relacional, de estar haciendo “psicoanálisis clandestino”, como una especie de traición oculta a las reglas de su formación, hasta que conoce esta nueva mirada que vino a validar lo que de alguna manera ya estaba haciendo en su práctica clínica.

Seguimos la jornada con la presentación de Yanina Piccolo (Argentina) quien nos relata, desde su experiencia, cómo fue su paso desde un psicoanálisis más ortodoxo a un modelo de trabajo relacional, donde la subjetividad del terapeuta queda puesta en la sesión de una manera mucho más desafiante para nuestro rol, pero a la vez mucho más libre. A su vez, nos invita a diferenciar lo clásico de lo ortodoxo, y que las teorías son epocales y se transforman, pero son importantes sus raíces.

Luego, tuvimos la grata participación de Bárbara Ortúzar, una de las fundadoras y precursoras de esta asociación en Chile, quien con mucha entrega y sensibilidad nos relató su paso desde un modelo de trabajo más rígido a uno más integrado y flexible, más humano y sincero. Con anécdotas de algunos casos propios nos relata su cambio de actitud terapéutica y la percepción de ese mismo cambio en algunos pacientes, como una situación mucho más cómoda y acogedora.

Finalmente, Carlos Rodriguez Sutil (España), hace un recuento interesante de los distintos cambios que hemos experimentado, desde los autores que forjaron este cambio de paradigma hasta las vicisitudes que se mantienen en la actualidad y que nos instan a seguir planteándonos inquietudes y desafíos, así como también a cuestionarnos nuestra nueva práctica.

Uno de los ejes del diálogo sostenido fue en torno a una inquietud planteada por Bárbara, sobre si el psicoanálisis relacional obedece a una evolución del Psicoanálisis o a una revolución. Parecería que hay de ambos procesos en esta historia de cambios, en que hemos ido tomando y trayendo a nuestra práctica clínica distintos elementos centrales del psicoanálisis pero con un enfoque distinto, con énfasis distintos, una mirada de ser humano también distinto, dado en gran parte por el paso a la postmodernidad. Vemos cómo no solo los terapeutas hemos cambiado en nuestro acercamiento al paciente, los mismos pacientes han cambiado su forma de relacionarse con sus terapeutas, probablemente por un cambio en la relación con la autoridad, por una mayor simetría en el saber, por una menor pasividad en el rol de paciente, entre otras cosas.

Probablemente si Freud estuviera vivo hoy sería un psicoanalista relacional, se comentaba en el encuentro. Era más innovador y atrevido que muchos, así como también tenía muchos vicios propios de los prejuicios de la época, sobre todo respecto de temas como la sexualidad femenina y la negación o minimización del abuso sexual. Pero sin duda así como fue revolucionario e innovador, hoy lo sería también, porque finalmente el cuestionarnos es lo que nos hace crecer y avanzar, y en eso seguimos como disciplina.

Otras disyuntivas comentadas tienen relación con las auto develaciones; cuánto, cuándo y cómo usarlas, ya que son una herramienta que puede tener un tremendo valor terapéutico pero que no siempre sabemos cómo usar, o nos genera temores, pudores, dudas, que nos invitan a mirarnos aun más. En este sentido, la neutralidad y la abstinencia pasan de ser reglas inamovibles a conceptos con los cuales dialogar y usar de manera fluida al servicio de la terapia y de la relación. La transferencia y contratransferencia emergen para ser entendidas dentro de una matriz relacional, donde el terapeuta es parte y no observador externo, lo que ha removido o remecido elementos importantes de la técnica psicoanalítica. Es lo que en el encuentro se llamó como momentos “¡wow!”, cuando cada uno descubre en su práctica esta nueva forma de entender el trabajo analítico.

Algo muy enriquecedor es que nuestros expositores nos relatan este cambio desde sus vivencias, no podría ser de otra manera si estamos hablando de un modelo que pone en el centro la propia subjetividad como herramienta de trabajo. Valoramos la flexibilidad que el psicoanálisis relacional ha traído a nuestra práctica clínica, el mayor permiso a no saber, a equivocarnos, a cuestionarnos, a dialogar con el paciente sobre la pertinencia o sentido de la intervención que acabamos de hacer. Una mirada más respetuosa con la diversidad humana, más humilde en nuestro actuar, más enriquecedor en la relación con el paciente.

Finalmente, se hizo un emotivo reconocimiento a Juan Francisco Jordán por su dedicación y aporte a IARPP Chile desde sus inicios y en sus dos últimos períodos como presidente del Directorio. Sorprendido y emocionado, recibió las palabras de afecto y admiración de Víctor Doñas y Jaime Landa, junto a dos presentes a nombre del capítulo chileno y  de todos quienes hemos compartido con él distintos momentos de estos 10 años que hoy celebramos.